Por: Juan Valbuena
Secretario Político – JUCO Bogotá
A medida que avanza el procesos de diálogos de La Habana entre el gobierno nacional y las FARC-EP crece la intención ciudadana de involucrarse e incidir de algún modo en lo que sin duda será uno de los acontecimientos políticos más importantes de la historia de nuestro país: la firma de un acuerdo que termine la confrontación armada con una de las más antiguas insurgencias del continente y abra la posibilidad de una serie de cambios hacia la democracia en Colombia.
Y es precisamente en esa perspectiva en la que, proponemos, debe interpretarse este acuerdo: desde una perspectiva histórica. Ponemos sobre la mesa las siguientes consideraciones, con la intención de que nutran el debate del movimiento social y popular (y de la ciudadanía en general) para la fijación de posturas para este momento:
Este es sin duda el mayor acercamiento, en toda la historia de este conflicto armado, que se ha dado entre el Estado y la insurgencia para construir la paz. Es el desarrollo más profundo que hasta el momento se ha hecho de una agenda de diálogos en el que ya hay compromisos por parte del Estado colombiano hacia la construcción de ciertas garantías para la sociedad civil. Ahora bien, no es un acuerdo ideal ¿Qué acuerdo lo es? Todo acuerdo es el resultado final de la correlación de fuerzas y de las habilidades políticas que confluyan en la mesa, es una construcción de tire y afloje que finalmente se materializa en un texto que tiene puntos de interés para las dos partes.
Eso es un elemento que creemos debe quedar claro, desde que inició este proceso de diálogos teníamos perfectamente claro que no íbamos a lograr la rendición de la oligarquía ni su entrega de todos sus privilegios para favorecer la causa de la justicia social, tampoco podrían esperar ellos una renuncia a los objetivos de transformación radical de la sociedad colombiana. Lo que tenemos hoy consignado en los acuerdos de La Habana es resultado de esto, por supuesto que hay elementos que favorecen las causas populares y las aspiraciones de cambio de los sectores democráticos, pero como resultado de una negociación, también hay elementos que llevan la clara impronta de las élites y los sectores autoritarios que gobiernan el país. Es el mejor acuerdo se pudo construir a todo lo que estiraba la mesa de conversaciones.
Por supuesto que hay vacíos, elementos preocupantes, cosas por desarrollar y aspectos que deben aún ganarse en la pelea, la esencia del movimiento popular es ser crítico, y es necesario que planteemos nuestras críticas, pero creemos que eso no puede soslayar la oportunidad que estos acuerdos representan para avanzar hacia la construcción de una nueva sociedad y la consecución de la paz: estos acuerdos no son la paz, son un nuevo campo de disputa para construirla.
Es esta perspectiva histórica sobre el proceso de la Habana la que nos identifica, la que motiva nuestro accionar, la que fundamenta nuestro irrestricto respaldo a los acuerdos y por la tanto al SÍ en el plebiscito. No nos hace santistas aprovechar una oportunidad (por la cual hemos peleado y que hemos construido) para avanzar hacia un nuevo escenario de lucha por una nueva Colombia, bajo ningún motivo suscribimos la paz sin cambios del gobierno, pero el hecho de que la paz venga con o sin cambios no depende de lo que se consigna en el texto, ahí ya está todo lo que pudo consignarse, depende de la fuerza con la que profundicemos lo que allí dice, depende de que tan duro podemos pararnos para exigir que se den esas transformaciones, depende de que tan organizados estemos a la hora de confrontarnos (ahora en otro escenario) nuevamente con las clases dominantes.
Es por eso que salimos a defender este proceso de diálogos y estos acuerdos, es por eso que saldremos sin dudas a hacer una campaña por el SÍ a la paz, es por eso que le exigimos al gobierno y al ELN que se sienten a desarrollar la agenda que ya tienen pactada, para poder construir una paz completa, y es por eso que le decimos a toda la ciudanía “La paz sí es contigo” porque definitivamente le conviene a todo el pueblo colombiano que este proceso avance pero sobre todo le decimos a la ciudadanía que “Vamos por más” porque no basta con votar por el SÍ, la paz hay que seguir construyéndola en las calles.
Un último comentario, definitivamente la paz no puede construirse sobre la base del odio y la persecución a la diversidad y a la disidencia, la paz en diversidad y la vamos a construir con todos los cuerpos, se equivoca nuestro gobierno, lo que ellos llaman “ideología de género” y proscriben de los colegios es la ideología de la constitución, es la ideología de la paz.
JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA
REGIONAL HERNANDO GONZÁLEZ ACOSTA – BOGOTÁ