La agudización de las problemáticas de un sistema económico donde el dinero todo lo puede comprar y todo lo puede poseer, desde el placer hasta los cuerpos. Criminaliza, persigue y explota.
Luisa Sandoval Mongua | X: @luisa_fsm
A lo largo de la historia, algunos grupos de personas han sido segregados por su nacionalidad, raza, sexo y posición en la pirámide social para ser esclavizadas, vendidas o prostituidas, en muchos casos y lugares del mundo como botines de guerra y monedas de cambio, pero gracias a la resistencia, rebelión y defensa de la vida y los derechos humanos se han condenado ese tipo de prácticas nefastas. Sin embargo, es un hecho que bajo el actual modelo económico, aun después de tantos avances y cambios, los desposeídos siguen siendo los más explotados, vendiendo a precios injustos su fuerza de trabajo para construir más riqueza para el opresor. Trabajar por necesidad de supervivencia, reduciendo al individuo a mera mercancía y no por una transformación real del mismo, la existencia de dominación y como anteriormente mencioné, explotación en todo tipo de trabajos precarizados, entre ellos las actividades sexuales pagas, prostitución o trabajo sexual.
Aun así, existen grandes diferencias en esta ocupación, algunas relacionadas directamente con los riesgos de trabajo, fluctuando entre enfermedades de transmisión sexual, violencias físicas y psicológicas, revictimización, manipulación, abuso de poder, persecución y extorsión por entes policiales o bandas criminales, trata, carencia de pensión y vejez digna, deserción escolar, difícil acceso a servicios de salud y sin mencionar la doble moralidad, el desinterés y rechazo que históricamente se ha tenido para poner este tema sobre la mesa, como si fuese ajeno a la realidad para encontrar soluciones reales o si se quiere alternativas para tener mejores condiciones de vida.
Organización y Sindicatos
No es por nada que los y las trabajadoras sexuales hoy en día se están articulando para hacer frente a los debates que están directamente relacionados con su modo de supervivencia. Organizando casas de acopio, ollas comunitarias, colectivos para aprender saberes y oficios, redes de apoyo y demás alternativas que contribuyen a mejorar las condiciones y dialogar sobre las experiencias vividas, encaminado a la fundación de sindicatos. En Colombia, en agosto de 2022 es creada la Asociación Sindical de Trabajo Sexual (Astrasex), reconociendo la inmediata necesidad de unificarse como gremio para poder hacer un llamado con la legitimidad requerida y las herramientas para tener cabida en los espacios que les competen. Esta no es la primera organización sindical de trabajadoras sexuales en el país, en el 2008 nace la Asociación de Mujeres buscando Libertad (Asmubuli) y en 2016 el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Colombia (Sintrasexco), ambos hacen parte de la Red Latinoamericana de trabajadoras sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), espacios gremiales para personas asignadas con sexo femenino al nacer específicamente.
Astrasex, además de reconocer dentro de la organización diversidades sexuales, hace espacio para aglutinar otro tipo de modalidades de trabajo sexual, entre ellas la pornografía, el trabajo sexual callejero, el trabajo sexual virtual y sus vertientes y el trabajo sexual en establecimientos comerciales (bares, moteles, spa, etc.) haciendo distinción de problemáticas específicas, pero que siguen compartiendo el mismo ejercicio de comercialización y por ende de reivindicaciones.
Es un logro importante la vocería que están tomando las mujeres afectadas de forma directa, porque a día de hoy siguen siendo paternalizadas, quitando del debate sus opiniones y construyendo discursos que se alejan de la realidad, que terminan en revictimización y en el peor de los casos en criminalización. Pero, ¿Qué pasa si se condena este tipo de consumo? ¿Prohibir solucionará la situación para los y las trabajadoras? Responder a esto no es tan simple como parece, existen personas dentro de la industria que desean seguir con su profesión y lo ven como una forma digna de trabajo, de la misma manera, es muy amplia la cantidad de casos que lo perciben como la única alternativa para superar el estado de vulnerabilidad de ellas y sus familias, es decir, son las condiciones materiales las que llevan a tomar este tipo de trabajos que resultan ser de mayor riesgo físico, psicológico y social que otros trabajos también precarizados, pero que ya están, en cierta medida regularizados. Regulaciones que no suprimen la explotación, pero mejoran las condiciones y garantías vitales.
Poner esta problemática bajo el ojo de la lupa y con políticas reales puede salvar muchas vidas, dado que seguir ignorando o reduciendo la discusión, contribuye a facilitar la actividad criminal de extorsionistas, asesinos, traficantes de órganos, la trata de personas, proxenetismo infantil, entre otras. En términos económicos, también perjudican a las personas mayores de edad que por voluntad propia deciden hacer parte de la industria, tanto presencial como virtual.
El impacto de la crisis y el nuevo comercio sexual
Desde la crisis de la pandemia se dispararon los números de ofertas en casas de modelaje webcam, con la promesa de sostenimiento en la crisis, que fue vista por muchas y muchos como la alternativa más viable ante el recorte de personal en muchas empresas, dejando altas tazas de desempleo y la ruina de pequeños negocios. Pero qué a la hora de la verdad no suele ser tan justo como lo pintan, hablan de supuesto empoderamiento, pero los proxenetas se quedan con gran parte de las ganancias de las modelos, exigen largas horas de trabajo con la excusa de posicionamiento, retienen pagos, tienen nulo acompañamiento psicológico, en muchos casos sin garantía de servicios de salud, ni pensión y la lista continua.
Las plataformas de venta de contenido privado que se enuncian alternativa de trabajo independiente, también terminan quedándose con parte importante de las ganancias y regalías de las personas que trabajan comercializando contenido de manera digital, además de asumir todos los riesgos que trae difundir su imagen e información por toda la red. Son hombres multimillonarios los que se enriquecen cada vez más a costa de cuerpos sexualizados sin ningún tipo de garantías reales a quienes se dedican a trabajar para ellos.
Realidad histórica
Es imposible negar que la acumulación desigual de capital y las condiciones vitales de los países determinan que tanto se ejerce este tipo de trabajo y la manera en la que se practica. Dónde es limitada o mitificada la Educación sexual y reproductiva, suele dejar consecuencias perjudiciales para la vida. En lugares atravesados por la colonización, el conflicto y la pobreza extrema predomina el turismo sexual y explotación sexual desde muy temprana edad, redes de tráfico sexual que atacan territorios en condiciones de vulnerabilidad.
Son los mismos victimarios los que se oponen a la regularidad del trabajo sexual, no les conviene que las voces de las personas explotadas sea escuchada, que su negocio se acabe y que la sociedad y las instituciones pongan la mirada sobre ellos, también porque lamentable es común que los gobiernos y personas poderosas sean cómplices, clientes y vendedores.
Si queremos pensar en una transformación real de la sociedad, es necesario hacer un análisis estructural del porqué y cómo las industrias de consumo reflejan las relaciones de poder dentro de la sociedad, en cuestión de los impulsos y los placeres, sin afanes morales o visiones puritanas, el cuerpo se transforma en un territorio de disputas, guerras y violencias, mayormente mujeres y cuerpos feminizados.
La sexualidad se crucifica mientras se mercantiliza bajo cuerda. Es una cuestión tanto política, económica y cultural, para plantearnos la emancipación del ser humano es necesario discutir todas las prácticas de opresión históricas que perpetúan cuestiones de genero, raza y clase, ganar la batalla cultural que nos configura el sentido común, enajena y prioriza el interés por poseer de unos cuantos, sobre los derechos y la dignidad humana que da como resultado los niveles de violencia y desigualdad que cada día se agudizan más y más.