Un anodino intentando romper al imperialismo…
Si bien es cierto que el capitalismo en su fase imperialista tiene diversas variantes que logran perpetuar su macabro actuar, el actor bancario logra abarcar la mayor parte de las facetas y relaciones de este fenómeno en desarrollo.
Por: María Fernanda Díaz | X: @MafeDia8822
En los diferentes espacios que ha participado el Presidente Gustavo Petro ha manifestado cambiar la deuda pública por acción climática. Donde los países más vulnerables al cambio climático puedan enfrentar y financiar la crisis climática con los recursos que destinan anualmente en el Presupuesto General de la Nación con el fin de disminuir una deuda que día a día parece imposible de amortiguar. Aunque parece una propuesta razonable, bajo la perspectiva capitalista no se podría efectuar, porque se estaría incumpliendo un principio del capitalismo en su fase imperialista; dominación financiera controlada por los bancos (Uliánov, 1916).
Para entender esto, se debe tener en cuenta el papel de los bancos, cuya función principal es intermediar en los pagos. Función que les permite convertir el capital monetario inactivo en activo, esto es, en capital que da beneficio; reúnen toda clase de ingresos en efectivo y los ponen a disposición de la clase capitalista. No obstante, esta definición queda corta con respeto a los grandes imperios que han construido, los cuales les ha permitido tener a su disposición casi todo el capital monetario de todos los capitalistas o de “los pequeños hombres de negocios”. Pero, no solamente esto, sino que, se han fortalecido tanto, que ahora son dueños de los principales medios de comunicación y de la mayor parte de los medios de producción. Esta transformación de intermediarios a un puñado de monopolistas se puede catalogar como lo que en su momento llamó Lenin; la evolución del capitalismo al imperio capitalista o la fase superior del capitalismo. Esto conlleva a realizar un análisis de cuál es el papel que juegan los bancos en el país y por qué es tan problemática la propuesta realizada por el presidente.
Agenda Impuesta
Como ya se sabe, la concentración del capital y el aumento del volumen del negocio bancario cambian radicalmente la importancia de los bancos; cuando se posiciona su operación técnica y auxiliar en mayores proporciones, logra subordinar a los países a sus intereses comerciales e industriales respecto a la sociedad capitalista. Un ejemplo de ello es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual existe bajo la razón de apoyar a los Estados de la Región a alcanzar un “desarrollo” a través de proyectos e instrumentos financieros y técnicos. Su participación en Colombia ha sido relevante, pues ha creado una estrategia que ha tenido como objetivo los temas de productividad, la consolidación de la clase media, la efectividad de la gestión pública y, ahora con el gobierno Petro, los temas de deforestación y acción climática. Pero, a pesar, que el lema de desarrollo del BID suena atractivo, la subordinación del país ha llevado a promover un modelo de desarrollo que ha causado vulneración de derechos humanos, impactos negativos sociales y ambientales como desplazamiento, asesinato de lideres sociales, desarraigo, afectaciones a las formas de vida y ancestralidad, contaminación de fuentes hídricas, el aire y la tierra, extinción de especies y muchas más afectaciones gracias a las políticas y proyectos que debe cumplir el país de acuerdo con las condiciones establecidas en los préstamos otorgados por el banco.
La presencia de este Banco y sus agendas no solamente se encuentra en Colombia, sino que también en:
Esto solo por mencionar algunos países, pero tiene presencia en toda América.
Bajo este panorama, sus operaciones oscilan en, primero conocer exactamente la situación financiera de los países; segundo, controlarlos, influyendo sobre ellos a través de la ampliación o la restricción del crédito, facilitándolo o dificultándolo, y, finalmente, de decidir enteramente su destino, determinar su rentabilidad, privarles de capital, etc. (Uliánov, 1916).
Por estas razones es que Marx escribió en el capital “los bancos crean en escala social la forma, y nada más que la forma, de la contabilidad general y de la distribución general de los medios de producción”. Con el aumento de capital bancario que obtiene el BID y con la presencia en todo el continente, denota que maneja gran parte de las agendas de los países, obteniendo ingresos monetarios de todo género, cumpliendo con esto la gran escala de la contabilidad general. En cuanto a la distribución general de los medios de producción, Lenin decía que lo que brota desde el punto de vista formal, de los bancos modernos, no es una distribución general, sino privada pues sirve a los intereses del gran capital, y en primer lugar del más grande, el capital monopolista, que opera en unas condiciones que las masas soportan privaciones.
Esto solo mencionando a uno de los tantos bancos que influyen en la política económica y social del país, como, por ejemplo, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco de Desarrollo del Caribe, etc., que se comportan de igual o peor manera en los países en los cuales tienen presencia con deuda.
Silvia Federici señalaba que la deuda no es sólo un instrumento económico, es también un arma política y eso se evidencia cada día más con el monopolio bancario que diariamente aumenta la concentración de producción y del capital al nivel de tener el poder de imponer las agendas a los países deudores. “Principal herramienta de la mundialización ha desorientado la economía y ha permitido las exportaciones y el extractivismo. Es un instrumento de primer orden para privatizar la economía, poner fin al socialismo y crear un empobrecimiento masivo” (caponneto, 2017)
Así mismo, se constata que todos los servicios que debe prestar el Estado son desatendidos en nombre de la deuda nacional y la gente debe pagar a título individual por los bienes y servicios como la educación, la sanidad y los bienes de primera necesidad. Por este motivo, el presidente insiste en que la deuda debe ser renegociada o suplantada por acción climática, debido a que, para el tema ambiental no alcanza la inversión pues, se debe atender la deuda o el funcionamiento orgánico del Estado.
Si bien es cierto que el capitalismo en su fase imperialista tiene diversas variantes que logran perpetuar su macabro actuar, el actor bancario logra abarcar la mayor parte de las facetas y relaciones de este fenómeno en desarrollo. Ya que, es así como, en su fase de evolución ha logrado la concentración de la producción y del capital que alcanza un punto tan elevado de desarrollo, que han creado monopolios, decisivos en la vida económica y una de las formas en las que se materializa es por medio de los préstamos “los préstamos, constituyen la forma más segura para que los viejos países capitalistas mantengan el control de los países jóvenes, controlen sus finanzas y ejerzan presión sobre su política exterior, aduanera y comercial” (Luxemburgo, 1912).
La deuda por acción climática
Con la evolución del dominio del gran capital en su fase neoliberal las desigualdades y los conflictos sociales se han intensificado. Ya no solamente se habla de las afectaciones a la vida humana directamente, sino que, ha conllevado a la destrucción de su entorno; la naturaleza. Es así, como la crisis ecológica y la crisis social están profundamente interrelacionadas y deben ser vistas como distintas manifestaciones de las mismas fuerzas estructurales. Uno de los orígenes de la crisis ecológica deriva de la amplia industrialización que rapazmente desborda la capacidad de la Tierra para amortiguar y contener la desestabilización ecológica, industrialización que hace que la organización social gire alrededor de la mistificación y el encubrimiento de las relaciones históricas de explotación, dominación y expoliación del capital sobre la sociedad y la naturaleza (Anzola, 1997).
Esto conlleva a que la cuestión de la catástrofe ecológica se va a recrudecer en las próximas décadas poniendo en peligro la vida misma. Un elemento central que permite esto, como ya se mencionó, es el sistema económico que, no solamente es explotador, destruidor de relaciones sociales, responsable de la desigualdad, la miseria, el hambre y la pobreza, sino que, además de esto, se ha transformado en una fuerza ecocida; destructora de todas las formas de vida.
Con base en lo anterior, nace la propuesta del presidente Petro de cambiar la deuda por acción climática, dado que Colombia es un país gravemente afectado por la ganadería extensiva, la idea de la gran propiedad del suelo, deforestación y múltiples fenómenos que afectan a la estructura ecológica del país. En palabras simples, la propuesta gira en torno a la edificación de un mecanismo que reforme el sistema financiero mundial que les permita a los países construir una bioeconomía. Con este canje, los países liberarían recursos fiscales para invertir en la protección y preservación de la fauna y la flora sin sacrificar el gasto de otras en otras variables del desarrollo o sin generar una crisis fiscal, de tal forma que, los acreedores ofrecerían un alivio de la deuda a cambio de que el gobierno se comprometa, por ejemplo, a descarbonizar la economía, invertir en infraestructura resiliente al clima o proteger la biodiversidad de los bosques o los arrecifes.
Pero como el monopolio bancario, como se analizó anteriormente, en su ejercicio de buen representante del sistema no se puede permitir perder y menos por un tema sin importancia como en varias ocasiones se han referido al tema ambiental, han manifestado no estar tan de acuerdo con esta propuesta. Verbigracia el Fondo Monetario Internacional, que en una de sus publicaciones manifestó “en la mayor parte de los casos, es más eficaz abordar la deuda y el clima por separado. Para los países con deuda insostenible, un canje no puede restaurar la solvencia, a menos que implique un porcentaje suficientemente grande de la deuda del país y un alivio sustancial; este es un caso extremo. Hasta el momento, ningún canje ha estado cerca de lograrlo”. No obstante, reafirma el compromiso ambiental otorgando nuevos créditos para que los países puedan hacerse cargo de este tema tan “anodino”.
Es oportuno mencionar que este banco, al igual que el Banco Mundial han promovido un modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico que tiene inmensas consecuencias medioambientales, como se ha evidenciado en la profundización de la crisis climática. Del mismo modo, es uno de los principales inversionistas en combustibles fósiles, financia proyectos para infraestructura de petróleo y gas y su esquema de salvaguardar los árboles es el más ineficiente. Por tal razón la propuesta del presidente estaría afectando su actuar cotidiano.
En conclusión, la cuestión fundamental es que la expresión del imperialismo por medio de los bancos no permitiría que una propuesta de un país “baladí” como Colombia reforme sus bases, ya que no podrían continuar con el recrudecimiento de la opresión nacional y les daría la oportunidad a los pueblos sometidos a reconocer el derecho de la independencia.
Referencias
Anzola, L. S. (1997). crisis de Hegemonías y Ecosocialismo. Colombia.
Caponneto, M. (2017). Sistema deuda y capitalismo: ¿Cuál es su relación? Luxemburgo, R. (1912). La Acumulación del capital.
Uliánov, V. I. (1916). Imperialismo: La fase superior del capitalismo.
Foto: Espectador, E. (2023). La Propuesta de Gustavo Petro Hace Remover los Aires Internacionales. Colombia.