Una invitación a la acción revolucionaria desde el arte
“Sabemos cómo la producción, el arte y la literatura reflejan el aliento capitalista y la construcción de los Estados Unidos de América. Y también sabemos que el capitalismo encuentra su reflejo más agudo y expresivo en el cine norteamericano.” Sergei Mijailovich Eisenstein
Estamos demasiado concentrados en vernos desde los celulares, y ahora, es tiempo de proponer una contra pandemia, la colectiva revolución de ver cine juntos.
Cuando pensamos en cómo se verá la revolución, nos es imposible poder abarcar, definir, ilustrar todos los aspectos de los que se compondrá esa realidad visible. No podemos hacer más que esbozos, pequeños trozos proyectados de un futuro, de una realidad que solo se puede dar por la mutación de sí misma.
Puesto que es difícil imaginar la realidad entera de una sociedad comunista. Es necesario empezar ahora mismo a enrumbar una cultura desde nuestra mirada. Así, al sabernos consecuencia de una lucha de clases debemos, sin duda alguna, partir de la realidad para construir un arte propio, revolucionario. Vamos a referirnos, en este pequeño texto, al cine como ejemplificante de la aplicación de esta propuesta transformadora.
La caverna
Propongamos que hay una realidad concreta encerrada por una vitrina temporal que se ciñe en la cotidianidad, así, es para nosotros completamente acorde el materialismo histórico que nos permite develar estas múltiples realidades en abstractas. Como las ideas parten de la realidad y luego estas vuelven a la materialidad para completarla, es menester abrir esta vitrina temporal para luego revelar la imagen de lo real y, a medio camino de la total abstracción, convertirla en representación, en imagen, un ensanchamiento de lo común, en película, por ejemplo.
Permitamos asumir que, y en claridad de lo planteado en este artículo, los signos, los lenguajes y formas comunicativas tuvieron un progenitor en la tríada de la imagen, el sonido y el gesto cotidianos, de la vida real y pasajera. Las imágenes, los sonidos, los gestos, que existen como forma primitiva, se escapan con el acto mismo que los hace nacer y desaparecer de la mano de los segundos, del tiempo.
Después, con la suficiente validez y relevancia del momento histórico o la importancia emocional que susciten para quienes atestiguan estos actos esta triada se plasma y trasciende a la memoria, enfrascados en recuerdos, pasan de la virtualidad a la idea, a la memoria, pero, con el tiempo mismo son arrastrados al deceso. Si se mantienen de cualquier manera, mutan de lo originario a rastros, copias de sí mismos.
La salida
Sin embargo, el ser humano, habido de creatividad ha sabido mejorar las herramientas para preservar esas manifestaciones plásticas de la realidad en algo más duradero que lo que permite la mente. Los escritos, los relatos orales, las fotografías, el cine y varias otras formas convergen como mutación de la realidad material, no obstante, estas formas, que luego se convierten en formas artísticas, son susceptibles de la interpretación, frágiles pedazos de papel dispuestos a decir lo que quien posee la pluma quiera. Por lo tanto, como la memoria, reinterpretan la realidad, pues, es completamente imposible plasmar la realidad en una de estas formas con total igualdad a la que sucede en el acto mismo de suceder.
La virtud que nos ofrece este campo artístico, estas formas, a mi consideración especialmente el cine, es la misma que la presentada por la lucha revolucionaria, es acción desde nuestros intereses de clase, un discurso propio, fuera del impuesto y a favor de nuestra batalla por la emancipación, derrocar el monstruo propagandístico del capital para el avance de un arte proletario al servicio de nuestra visión de mundo.
Nos permite dar un vistazo a ese mundo venidero partiendo de las luchas conquistadas y los triunfos alcanzados, de las que nos faltan y de las que padecemos diariamente, conocer todas las realidades del pueblo y proyectar esas que construimos a diario.
Es importante decir que uno de los monopolios culturales del capitalismo es la industria cinematográfica norteamericana. Ante la avasallante producción de películas ocupadas por estos intereses imperialistas y esta visión alabadora del mundo capitalista, se han desarrollado diferentes historias, argumentos, dramas, filmes, que se han extendido por las diferentes salas de cine del mundo y han conseguido implantar una suerte de tendencia cultural y más allá de eso una ensoñación colectiva y culto al dinero. De la misma manera, reproducen estereotipos de todo tipo y una nefasta autoalabanza de las formas militaristas, de la guerra y de esa sociedad gringa.
El sol
Pese a esto, propongo convertir lo pensado en imagen, retratar no solamente los vejámenes que el capitalismo ha producido en nuestra vida, en la historia de los pueblos, eso que el colonialismo se robó, sino también construir un nuevo relato, contar historias revolucionarias, pensar los futuros pintados de rojo, arrancar el romanticismo retrógrado por una idealización de nuestro ideal, componer películas de acción, de aventura, de ciencia ficción, de dramas y comedias con un nuevo estilo, un tinte combativo y una nueva realidad a través del lente de nuestra visión de mundo.
En el cine colombiano, por ejemplo, vemos múltiples relatos de lo vivido en el conflicto armado, historias familiares o de la infancia, sin embargo, encontramos un recurrente espacio acrítico, por supuesto hay obras que se escapan de esta mayoría, pero es importante saber que quienes más controlan los medios de difusión, televisión, salas de cine, solo reproducen estos ideales capitalistas. Típicas comedias sosas y patriarcales, héroes narcos, exaltación del éxito financiero, exotización de la periferia, del campesinado y sus comunidades, culto al trabajador abnegado y sublevado, criminalización de la pobreza, incrustación de la cultura elitista, el sueño americano, enaltecimiento del machismo y de la violencia policial y militar, etc.
Hay ahora una filmografía despertando, poniendo en tela de juicio lo hegemónico, pero no basta, es todavía una cultura que no busca levantarse contra el capitalismo o el imperialismo, necesitamos comedia política, terror político, dramas políticos, documentales políticos, cine político. Propongo, sacar la imagen mental de su caverna y llevarla al sol de la revolución.