Tras la presentación de un nuevo borrador de proyecto de ley, la proyección de un encuentro nacional de estudiantes, la realización de su Junta Nacional, es un buen momento para estudiar, a la histórica ya, Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios.
Por: Andrés Bueno
@abue_enoo
Una universidad al alcance de nuestros sueños.
Tras más de 25 años en una lucha constante y sin cuartel contra aquel espíritu de ignorancia y represión al interior de las universidades, como fuera de las mismas, nos encontramos en las puertas de una nueva junta nacional en donde la organización más grande de estudiantes de la educación superior del país se encontrara para discutir sobre los aspectos más importantes que inmiscuye al movimiento en estos tiempos.
El movimiento universitario, un problema de definición.
Mucho ya se ha discutido sobre la naturaleza del sujeto universitario como del movimiento en que este se desenvuelve, así como los alcances, objetivos, metas, formas de lucha. Entendiéndose que este no es un problema del ahora, y es mas bien uno constante al tiempo, por lo que claramente tras decenas de años de aumento en materia cuantitativa de estudiantes dentro de los claustros como de diversificación de la naturaleza de estos, se hace latente a cada momento.
Hablar de un sujeto, es hablar del desarrollo (movimiento) del mismo, el estudiante universitario no es como tal una clase o una homogeneidad plena, no es sino una característica momentánea que se encuentra ligada a los demás elementos que confluyen dentro de la persona, por lo cual, su movimiento es sobre la base de lo que recoge esta característica general.
Desarrollemos mejor esto, aunque esta circunstancia que es encontrarse en una IES cambia la naturaleza del sujeto al agregar un nuevo ingrediente en él, no es un cambio de la esencia misma, ya que no está ligada a un cambio per se en su posición en la producción, (inclusive hablamos de que la mercantilización de la educación juega y vende mediante la idea de que puede cambiar esta posición),
Como vemos en generalidad, él universitario, más que ser un sujeto definitivo, es un sujeto momentáneo y en ciclo constante de agotamiento/renacimiento, sus metas se encuentran motivadas por la reforma en los diversos planos de esta “momentaneidad” (como lo es cobertura, democracia, calidad, función pedagógica), por lo cual, al ser una característica que se sobrepone en la esencia de clase del sujeto, no es homogéneo, dándonos como resultado la cantidad tan variada de expresiones ideológicas que se dan en las universidades al ser un lugar de influjo de diversos elementos de diferentes clases.
Gremios y Colectivos: La organización del movimiento.
Dejar en esa definición nada más el movimiento universitario, sería dejar la visión más simple y reducida que se puede dar, es limitarle claramente, por lo cual, para completarla, llega uno de los debates centrales del movimiento universitario: y es que entendiendo que su naturaleza es la lucha de una colectividad heterogénea que se alinea en torno a un elemento común, no significa que debamos limitar a una lucha de reforma simplemente toda capacidad que de estos emane, es el oportunismo más radical, el cual se sienta a la par de otro vicio, el del aventurismo que es su contraparte.
En la historia de Colombia tenemos múltiples ejemplos de la combatividad derrochada por los y las universitarias en diversidad de momentos, que desfasa los límites de luchas gremialistas, como lo es la lucha contra la dictadura de Rojas, en la época del Frente Nacional, en las manifestaciones de comienzo de este siglo, contra el gobierno de Iván Duque más recientemente, etc, que aunque varias de ellas han sido sobre la base de reivindicaciones de problemas del claustro, se encontraban revestidos de objetivos ideológicos contra el modelo neoliberal e inclusive, contra el mismo capitalismo y su mercantilización de la educación.
Nos encontramos entonces con una potencialidad notoria, la capacidad movilizadora en masas y corazones que posee este movimiento, debemos acá hacer una acotación, la universidad como todo espacio, es un espacio de disputa constante, debemos aprovechar el alcance que nos da a miles de hijos de oprimidos esta característica general, para desenvolver la propaganda más férrea en búsqueda de que este movimiento eleve sus objetivos de una educación digna, a una educación del y para el pueblo.
Si lo que pretendemos es que se rompa con la espontaneidad, y tengamos la planificación de la acción para llegar a la máxima de sus alcances, es necesario la organización de una asociación que responda fundamentalmente a tener un horizonte claro, que busque recoger dentro de esta característica general, a los elementos revolucionarios, democráticos, progresistas, los cuales dentro de un medio tan diverso como es la universidad, nos da como resultado que la unidad en la organización sea un factor clave, lo cual se logra teniendo lo programático definido, como la salvedad de que los problemas universitarios son una arista de los problemas sociales nada más.
El organizar exitosamente el afluente de cambio en las universidades, nos dará nutridas conciencias que seguirán tras graduarse la lucha por las transformaciones de las demás aristas, ese debe ser otro de los objetivos de la organización, la preservación y formación de revolucionarias mentes
Así mismo debe tener la pretensión diametral de ser un movimiento totalmente de masas, nutrido cuantitativamente lo bastante como para no ser reductos dentro de las universidades, que fácilmente son marginalizados como derrotados, en cambio, si su labor es de disrupción en la cotidianidad que haga ver las grietas de todo el muro a las mayorías desde no una lupa, si no un gran lente sostenido por un grueso gremio, nos permitirá una verdadera dualidad de disputa, en un sentido de las conciencias y en un sentido de objetivar los cambios, teniendo las fortalezas ideológicas suficientes para de tal o cual forma con base a las circunstancias, verdaderamente establecer una relación entre lo discutido constantemente en el grupo con la masa, no habiendo distinción entre lo sabido por uno y el otro, si no tomando la homogeneidad entre gremio y estudiante colectivo, estableciendo en el ritmo aritmético una misma conciencia entre ambas partes, esa es la representatividad verdadera.
Se discute sobre qué constituye el movimiento estudiantil, si es una sumatoria de individuos y de colectivos, el rol de los colectivos locales, la tarea de las organizaciones nacionales, la relación entre ambos, el papel de la individualidad, todo esto bajo el eje de la discusiones de los fines últimos y medios de este movimiento.
La solución resulta más sencilla de lo que se cree, el movimiento estudiantil es precisamente lo que su nombre indica, toda materia pretende al movimiento o al relacionamiento interconectado directa o indirectamente con sus contrarios o iguales, hablamos de movimiento estudiantil, cuando estos desarrollan el autorreconocimiento de sí mismos como actores activos, y se “mueven”, solo allí hablamos de un movimiento de, cuando este toma la calidad de gastar sus energías bajo una finalidad, desde el colectivo local, el grupo de discusión, la estudiante que hace preguntas incómodas a sus docentes decimonónicos, mas sin embargo, aunque todo esto sea movimiento, en el plano táctico figura la necesidad de la unidad de estos poderes celulares en un organismo con capacidad de golpes simultáneos constantes como golpes contundentes a la par que certeros, que piense como hacerlos, y al hacerlos evalúe su eficacia. .
La ACEU: un objetivo, una tarea, un rayo de la esperanza.
Al fundarse esta organización, su principal misión ha sido la unión del movimiento, (hasta nuestros días vigente) , construir un análisis de cómo solventar la cuestión universitaria en beneficio de las clases menos favorecidas, disputando contra la vieja academia y sus vencidas como retardatarias visiones del mundo, por las más avanzadas formas de progreso en beneficio de la humanidad.
Cuando nos referimos a la ACEU como un objetivo, es precisamente entender lo anterior, el sueño de generaciones pasadas, una agremiación nacional de estudiantes única como los ejemplos de Chile y Brasil, un movimiento de debate constante, cualificado y maduro, que entienda su labor en el avance del país como la derrota de las injusticias del mismo.
Al hablar de tarea, entendemos que es el compromiso contraído en el día a día en el cumplimiento del objetivo, que las universidades sean bastiones de la crítica, zonas liberadas de la opresión patriarcal, pulmones de la diversidad, el cómo en cada uno de aquellos recintos, los espíritus rebeldes que levanten nuestras banderas se piensan el construir nuestro sueño.
El deber ser es la idealización de lo que se necesita, y el ser es la abstracción de un momento del sujeto o de la cosa, más sin embargo olvidamos elementos cuyo el rol protagónico debe formar la ecuación de todo el análisis, el que estamos siendo, abrazado a el en donde estamos, este cuadrado de datos en brutos, articulado por la dialéctica de nuestro entendimiento, nos otorgara el análisis más nutrido de falencias, virtudes, tareas como su traducción en hoja de ruta para la concreción de nuestros objetivos, sean inmediatos o finales.
Ante la nebulosa de las derrotas que históricamente nos han atravesado, debemos ser optimistas, en el camino a nuestra utopía, cada reunión, cada jornada de estudio, cada movilización, son un paso firme, el latir de nuestros corazones va al ritmo de las nuevas eras, cuando hablemos de que es y por qué lucha la ACEU, sabremos contestar que por nuestros caídos, por un mundo nuevo, por una universidad al alcance de todas las personas, y por sobre todo al servicio de los oprimidos.