Crónica del 1 de Mayo [+Galería]

junio 5, 2023

Crónica del 1 de Mayo [+Galería]

junio 5, 2023

La suerte parece inclinarse a nuestro favor, del lado del trabajador. Colombia, tierra singular, sus habitantes desbordan alegría y se nutren de una cultura variopinta. Es un país enriquecido en múltiples dimensiones, pero la pobreza, en ocasiones, adquiere proporciones desorbitantes. Es una nación de laboriosos trabajadores sumidos en la penuria. ¿Por qué entonces persiste la desigualdad? ¿Por qué el ciudadano colombiano a duras penas subsiste en la informalidad y se esfuerza por ganarse el sustento diario con penosa dificultad?

Por: Cristian Olaya

@Chrisolaya527

Estas preguntas han rondado nuestra mente en innumerables ocasiones, hemos dedicado largo tiempo a investigar el origen de la pobreza en nuestro país, las raíces de la desigualdad. A medida que encontramos respuestas tanto en nuestro pasado colonial como en nuestro presente capitalista, nos vemos abocados a reconocer de forma legítima la existencia de la lucha de clases y su persistencia en el seno de nuestra nación. Por ello, nos declaramos defensores de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.

Así, imbuidos de estas ideas que se entrelazan en nuestra historia, nos encontramos en aquel primero de mayo de 2023. Un día distinto a los demás, colmado de esperanza, transformación y firmes pasos hacia nuestro objetivo: la emancipación del proletariado.

El día comenzó con un sol matutino resplandeciente. Como es costumbre, la ciudad despertó temprano para ejercitarse, disfrutar en familia o deleitarse con una comida distinta en el corazón urbano. La multitud comenzó a congregarse en el parque nacional, lugar designado para la movilización. Nos preparamos para ofrecer un grandioso espectáculo, para afirmar con nuestras acciones: aquí estamos, seguimos vivos a pesar de los golpes, las amenazas y la constante represión que enfrentamos por mantener este sueño. Nuestras banderas, nuestras telas y nuestros cantos estaban listos para el día. Unidos en el punto acordado, nos organizamos para iniciar la marcha.

Llegó el momento, salimos en un gran grupo, caminando y entonando cánticos por la carrera séptima. En algún punto del recorrido, tomamos un desvío que nos condujo por la Avenida Caracas. Nuestra intención era clara: realizar una ruta más visible, que capturara la atención de los transeúntes. Así, nos dispusimos a caminar durante horas, entregando nuestro máximo esfuerzo para mostrar nuestra voluntad inquebrantable.

Al llegar a la plaza, decidimos llevar a cabo nuestro acto. Encendimos fuegos artificiales al compás de nuestro canto: “Aquí estamos, aquí seguimos, la juventud comunista continúa en pie de lucha”. El día transcurría espléndido, nuestra entrada a la Plaza de Bolívar fue maravillosa. Nos quedamos un rato cantando, bailando, sintiendo cómo ardía nuestra sangre roja. Los estallidos de pólvora resonaban, una bruma rojiza nos envolvía y una multitud de cámaras y personas se congregaban a nuestro alrededor, ávidos por saber qué ocurría y grabar la situación.

Avanzamos sin cesar hasta llegar a la estatua de Simón Bolívar. Nos agrupamos a su alrededor, cubriendo todo un lado de la estatua. Algunos compañeros lograron ataviar a Bolívar con una de las banderas. Y junto a él, entonamos nuestras consignas: “Dame la J de juventud, dame la U de unidad, dame la C de combatividad, dame la O de organización, ¡Juventud Comunista!”. Esa expresión, ese momento increíble, fue espectacular. Se ha vuelto viral en varios medios y sigue siendo el instante en el que sentimos que recuperamos la ciudad, la ciudad que nos ha sido arrebatada. Aunque aún nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar nuestro objetivo, en ese momento preciso, sentimos que la meta era posible. Al menos con este cambio de gobierno, existe la posibilidad de avanzar, a diferencia de los anteriores, en los que solo nos mantuvimos resistiendo…

Posteriormente, nos encontramos en el barrio Policarpa con diversas expresiones artísticas locales, donde escuchamos música, bailamos y celebramos. En ese ambiente de plena armonía, entre cariño y solidaridad, culminó nuestra jornada. La noche se desplegó y nos esperaba otro año para seguir manteniendo la voluntad firme de continuar la lucha revolucionaria.