Desde principios de este año, sujetos a todos los procedimientos establecidos en la ley, y ejerciendo nuestro derecho a la participación ciudadana, iniciamos un amplio proceso de confluencia ciudadana, cuyo punto de articulación es el ánimo de revocar el mandato de Enrique Peñalosa.
Nos encontramos una serie de procesos que consideramos que la ciudad debe ser, crearse y recrearse de una manera profundamente democrática, es decir, que el presente y futuro de la ciudad: cómo va a crecer, qué modelo de transporte necesita, dónde van a haber hospitales o colegios, cuántos impuestos va a cobrar, etc., no puede ser definido por un reducido grupo de ciudadanos, más aún cuando estos representan y gobiernan en función de la porción minoritaria de la población (los más ricos), sino que estas decisiones deben pasar por amplios procesos de consulta y participación popular.
Sin embargo, hoy las élites de la ciudad, que ven amenazadas sus ambiciones de lucrarse con los derechos de los habitantes de la misma, han puesto en funcionamiento toda su influencia y su capacidad de corrupción para frenar este proceso democrático, porque saben que podemos triunfar.
Somos más de 700.000 ciudadanos los que hemos dado nuestra firma para revocar a un gobierno que no representa ni gobierna en interés de la mayoría, y es este más de medio millón de ciudadanos conscientes lo que asusta a los bancos y constructoras de la ciudad, es por eso que se han dado a la tarea de sabotear el avance democrático representado por la revocatoria.
Han puesto a sus voceros y representantes en el Consejo Nacional Electoral a frenar, de cualquier manera, el proceso destituyente y constituyente que se mueve en las calles de la ciudad, y para ello, pretenden “regular” este mecanismo de participación ciudadana, lo cual, en la práctica, va a anular la posibilidad de que los ciudadanos puedan hacer uso de su derecho a participar en las decisiones que les afectan, en este caso, por medio de la revocatoria del mandato.
Pues bien, que sepan los señores del CNE y quienes están detrás de ellos que el pueblo no se va a dejar arrebatar su derecho a vivir en una sociedad democrática, que sepan que nos dimos a la tarea de construir una ciudad más democrática y que no nos vamos a echar hacia atrás por una decisión leguleya y amañada, que sepan que lo que queremos es abrir a la gente la puerta de la participación, y que si están dispuestos a cerrar esa puerta también estamos dispuestos a forzar la cerradura.
Llamamos a toda la ciudadanía bogotana, y en especial a las y los jóvenes, a defender nuestro derecho a participar, a pronunciarnos en las calles y a que le digamos a las élites de la ciudad que Bogotá no les pertenece, que Bogotá es de quienes andamos a pie, en Transmilenio, de quienes debemos sufrir el cambio climático, de quienes no podemos acceder a salud ni educación en la ciudad, de quienes vivimos segregados por un modelo antidemocrático de ciudad. Esta ciudad es nuestra y no vamos a permitir que en ella se entierre la democracia.
#MiFirmaSeRespeta
JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA